Durante miles de años, el seguimiento y estudio de los astros ha sido parte fundamental en la humanidad respecto a temas tan nucleares como agricultura, migraciones, caza o natalidad. Conocer las fechas para la siembra y cosecha de determinados cultivos, o prever cuando esperar migraciones de ciertas especies eran de vital importancia para nuestros ancestros.
Y es que antiguamente, no había distinción entre la astrología y la astronomía. La persona que estudiaba el movimiento de los astros, a la vez era el que tenía el conocimiento para indicar las fechas propicias para uno u otro propósito; ya sea para la siembra de un determinado fruto, decidir empezar a almacenar alimentos, o elegir el mejor momento para emprender una guerra contra el clan rival. La figura del astrólogo era una figura erudita, importante dentro de los círculos de decisión e influencia. Y la astrología y astronomía, un conocimiento que solo poseían y tenían acceso unos pocos.
El nacimiento de la astrología se estima que fue en el 2000 aC, en Babilonia y Egipto. Tradiciones occidentales, árabes, hindúes y chinas han sido también parte esencial en su creación y evolución durante miles de años, pero fueron los griegos y posteriormente los romanos los grandes impulsores y los que sentaron las bases de la astrología que hoy día conocemos.
La cultura griega fue la cuna del conocimiento y de la civilización occidental; donde se impulsó la organización política, la filosofía, el arte, el estudio de la naturaleza y multitud de distintos conocimientos.
Su concepción religiosa era politeísta, con una gran cantidad de dioses, historias, fábulas y mitos que moldeaban el inconsciente y el pensamiento, fe y verdad de la época. Las estrellas fueron nombradas en honor a los héroes y dioses, y poseían sus propias historias y mitos que se fueron compartiendo de generación en generación.
La mitología tuvo así un papel muy importante en los inicios de la astrología. Las estrellas para muchos eran los mismos Dioses que observaban omnipotentes desde el cielo, e influían directamente en la vida y la Tierra.
Marte por ejemplo, el cuarto planeta del sistema solar, estaba vinculado al dios Ares. Hijo de Zeus y Hera, era considerado el dios de la guerra y uno de los doce dioses del Olimpo. Ares era quizá el Dios que gozaba de menos simpatía por los griegos debido a las cualidades detestables que poseía: era un asesino sangriento con un temperamento iracundo, explosivo, conflictivo y visceral. La guerra era un fin en sí mismo, y disfrutaba con el derramamiento de sangre y la devastación.
Así, cuando ocurrían eventos conflictivos, guerras o accidentes, Ares era el dios al que se apuntaba. Y los astrólogos de la época, muy probablemente empezaran a contrastar la relación que había con dicho planeta cuando tocaba ciertos puntos en el cielo.
Y no es casualidad que se vinculara un planeta u otro a cada deidad; o se contara una u otra historia para explicar su origen. La humanidad estaba mucho más conectada con el universo y su propia divinidad, espiritualidad e intuición. Y es que de forma inconsciente (y certera) estaban proyectando y asignando significado a las estrellas con arquetipos universales.
Los arquetipos y los símbolos
«El arquetipo de piscis», «el arquetipo de aries», «el arquetipo de venus»… se podría definir los arquetipos como «contenedores» que agrupan símbolos, palabras, ideas… que les une una cierta relación directa o indirecta; y les dota de significado. No pueden ser conceptualmente definidos del todo, pues poseen una naturaleza simbólica. Tienen un significado complejo y profundo. Están «vivos».
Cuando se habla del arquetipo de piscis por ejemplo, el último signo del zodiaco, hablamos de: disolución, fusión, inconsciente, sueños, intuición, empatía, imaginación, intuición, anhelos…
En este ejemplo, nuestro hemisferio izquierdo muy probablemente puede crear una sutil (y real) relación entre las palabras e ideas nombradas.
¿Hemos sido los humanos que hemos relacionado estas palabras entre sí y las hemos asignado a este arquetipo? ¿O ya existe este arquetipo en el universo, y simplemente la astrología ha agrupado conceptos e ideas ya relacionadas naturalmente?
En mi opinión, la astrología no la hemos inventado nosotros. Los arquetipos (astrológicos) han existido siempre: a lo que apuntan, lo que significan. Ir descifrando entonces qué significa cada planeta, cada constelación, no ha sido cuestión de azar: ha sido fruto de conectar con la vida y el universo, con nuestro inconsciente, con nuestra naturaleza más profunda… y conectar con las imágenes y símbolos que nos evoca.
La astrología y la mitología están tan ligadas precisamente porque los mitos son una forma de expresión del contenido de los arquetipos. Por eso los mitos siguen teniendo el mismo sentido y validez a día de hoy que hace miles de años: apuntan a algo universal e innato en la psique humana.
“[…]Un mito es algo que nunca existió, pero que siempre está sucediendo” (Jean Huston, analista junguiana).
A modo de conclusión, la astrología como lenguaje ha sido creada por la humanidad, pero apunta a algo primordial e innato. Y su desarrollo ha sido una construcción de miles de años en que filósofos, astrólogos, místicos, científicos, matemáticos… de distintas generaciones y épocas, han ido descifrando y poniendo palabras.
A base de investigación y estudio, contrastando lo ocurrido, práctica, errores… (y conciencia y conexión con el universo) se ha ido afinando el significado de todo el conocimiento que a día de hoy poseemos.
La astrología es un lenguaje que intenta reflejar la vida y a la naturaleza misma. La rueda zodiacal propone contener la totalidad de la vida y todas sus facetas posibles. El círculo es un símbolo arquetípico considerado como totalidad, y a través del zodiaco y sus arquetipos, toda la información puede ser expresada: De Aries (inicio, nacimiento, energía vital) a Piscis (disolución, totalidad y final).
-David
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