Hablemos del tránsito del SOL en casa XII. Un tránsito que, al tratarse del sol, se da una vez al año durante aproximadamente un mes.
El sol representa nuestra conciencia, nuestra luz, nuestro motor, nuestra energía vital. Así pues, cuando el astro rey transita la casa XII, pone energía, luz y conciencia en esa área.
¿Qué es la casa XII entonces?
La doceava casa es sin duda, junto a la casa 8, una de las más difíciles de explicar y de poner palabras. Es la casa análoga de Piscis, y el lenguaje se queda corto para poder explicar su significado.
Es la casa del inconsciente tanto personal como colectivo, de la conexión con la totalidad, de lo espiritual, del mundo onírico. Representa todo lo que está oculto a nuestra conciencia – por eso se asocia también con enfermedades psicosomáticas y crónicas, la información transgeneracional, enemigos e información oculta…
Se relaciona también con procesos de introspección, aislamiento y retiro. Y al ser la última casa de la rueda zodiacal, está relacionada con finales y cierres.
Al sol le encanta irradiar, brillar, ser único y protagonista; y cuando transita la casa XII no está para nada cómodo en la casa de la mente colectiva y el inconsciente, donde se funde con el todo y no puede proyectar su individualidad. La energía en vez de ir para fuera tiende a ir hacia dentro.
Cuando el sol está en casa XII, estamos mucho más conectados con la mente universal, con nuestra intuición, con el inconsciente colectivo, con la vida; y estamos mucho más receptivos para obtener, de forma consciente o inconsciente, la información que necesitamos; dándose sincronicidades de forma natural. Los sueños y el mundo onírico pueden verse así incrementados.
La energía tiende a ser más baja; facilitando el proceso de introspección. Es un gran momento para poner luz (el sol) a nuestro inconsciente. Un excelente periodo para conectar con la espiritualidad y con uno mismo.
Hacer ejercicio suave, meditar, practicar mindfulness o yoga, retiros, ir a pasear, viajar solo… son actividades muy acordes con la energía que nos invita el mes en casa XII para conectar con uno mismo. Y sobre todo, descanso y reposo.
Con el sol en la última casa del zodiaco, nos habla también de culminaciones y finales. Es un buen momento así para hacer balance del año acontecido, de recoger e integrar.
Es un excelente momento para realizar trabajo entre bastidores; de proyectos o ideas que estamos trabajando, pero que aún no queremos presentar al mundo. Y cuando termine así el tránsito en casa XII y el sol entre en casa I – la casa de nuestro ascendente – salir al mundo e iniciar con toda la potencia y energía de Aries.
Un periodo de cierres que deparan nuevos inicios, de introspección, de recogimiento, de reflexión, de integración y de conexión.
– David
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